La imagen del pirata con un loro en el hombro es tan clásica como su pata de palo o su parche en el ojo. Desde ilustraciones infantiles hasta películas de Hollywood, esta escena se ha convertido en un símbolo universal de la piratería. Pero ¿de dónde proviene realmente esta asociación? ¿Tiene una base histórica o es pura invención literaria? La respuesta está en una combinación de hechos reales, comercio marítimo, leyendas y un toque de narrativa.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII, los piratas surcaban los mares al mismo tiempo que los comerciantes europeos expandían sus rutas por América, África y Asia. En ese contexto, los loros tropicales no solo eran aves exóticas, sino también artículos de valor y compañía de a bordo. La historia detrás de esta imagen popular tiene más profundidad de lo que parece.
Un personaje literario que lo cambió todo
Aunque existen antecedentes históricos, fue la literatura la que consolidó el vínculo entre piratas y loros en el imaginario popular. En 1883, el escritor escocés Robert Louis Stevenson publicó La isla del tesoro, una novela que marcaría un antes y un después en las historias de aventuras. En ella aparece Long John Silver, un pirata de carácter fuerte, con una pierna de madera… y un loro llamado Capitán Flint, que repetía frases como “¡Piezas de a ocho!” o “¡A la carga!”.
La popularidad de la obra convirtió al loro en una figura inseparable de la estética pirata. A partir de ese momento, cualquier representación de piratería que se preciara debía incluir un ave sobre el hombro del capitán. Sin embargo, esta imagen no nació de la fantasía total: se inspiró en costumbres reales de la época colonial.

Los loros como producto del comercio marítimo
Durante los siglos de expansión colonial, los barcos europeos no solo transportaban oro, especias o telas. También trasladaban animales exóticos, especialmente aves procedentes de regiones tropicales como América del Sur, el Caribe, África o el Sudeste Asiático.
Los loros eran especialmente codiciados por varias razones:
- Su plumaje llamativo los convertía en animales muy atractivos.
- Podían aprender a imitar la voz humana, lo que los hacía aún más sorprendentes.
- Eran relativamente fáciles de transportar en barco.
- Su alimentación era sencilla, basada en semillas, frutas y vegetales.
- Ocupaban poco espacio y podían adaptarse a la vida en cubierta.
Para los marineros y piratas, tener un loro a bordo era una forma de entretenimiento, una distracción durante las largas travesías oceánicas. En algunos casos, también representaban una oportunidad de comercio o regalo en los puertos europeos, donde estas aves se vendían como objetos de lujo.
Símbolo de estatus, exotismo y aventura
En la cultura pirata, la apariencia tenía un peso importante. Los piratas no solo buscaban el botín; también querían mostrar poder, experiencia y dominio sobre los mares. Llevar un animal exótico, como un loro tropical, funcionaba como una especie de trofeo: era la prueba viviente de que ese hombre había estado en tierras lejanas y peligrosas.
Algunos piratas históricos, como Bartholomew Roberts, llevaban animales no solo por compañía, sino como símbolo de su estatus. En un entorno sin normas oficiales, los signos visuales —desde la ropa hasta las mascotas— servían para marcar jerarquías y generar respeto.
El loro, por tanto, no solo hablaba: comunicaba, decoraba y representaba una forma de vida. Se convirtió en un icono portátil del mundo que los piratas exploraban.

¿Qué especies de loros usaban los piratas?
Aunque no existen registros detallados, es probable que las especies más frecuentes fueran aquellas accesibles en las zonas de navegación de los piratas. Algunas de ellas incluyen:
- Amazona ochrocephala (loro cabeciamarilla), originario de América Central y del Sur.
- Amazona aestiva (loro frente azul), común en Brasil y países vecinos.
- Ara ararauna (guacamayo azulamarillo), por su tamaño y espectacular colorido.
- Psittacus erithacus (loro yaco), procedente de África occidental, conocido por su gran capacidad de habla.
Estas especies eran valoradas por su belleza, su inteligencia y su sociabilidad. No es de extrañar que acabaran formando parte del folclore y la tradición oral que rodea a la piratería.
¿Mito o realidad sobre los loros de los piratas?
La imagen del pirata con loro tiene, como muchas leyendas, una base real combinada con dosis de exageración. No todos los piratas llevaban loros. No era una práctica sistemática ni generalizada. Pero sí es cierto que:
- Existía comercio de aves exóticas entre los continentes.
- Los marineros y piratas se relacionaban con estas especies durante sus viajes.
- Algunos los llevaban como mascotas por entretenimiento o prestigio.
- Su presencia fue documentada en algunos diarios de navegación y relatos coloniales.
El loro del pirata, entonces, no es solo un detalle literario. Es también una representación simbólica de un mundo de descubrimientos, apropiaciones, comercio global y encuentros entre culturas… con plumas de colores como testigos silenciosos.
Un ave que cruzó océanos y entró en la historia
Los loros no solo han vivido en selvas tropicales o en jaulas europeas. También han surcado los mares, acompañando a navegantes, comerciantes y piratas. Su papel en la historia es más profundo de lo que suele contarse, y su vínculo con los humanos se remonta a siglos atrás.
Hoy, esa imagen romántica del loro al hombro del capitán puede parecer un cliché. Pero en realidad, resume un capítulo apasionante de nuestra relación con estas aves: el de la exploración, el comercio y la imaginación. Una imagen que ha sobrevivido al paso del tiempo y sigue fascinando a niños y adultos por igual.
Si te interesa seguir descubriendo curiosidades sobre loros como esta, puedes consultar más historias y datos sorprendentes sobre loros en nuestra sección dedicada a este tipo de contenidos.




